Quienes concurrieron al concierto del sábado en el Salón Blanco, se fueron de allí con un deleite especial. Se notaba en sus rostros, se podía apreciar que presenciaron una velada cultural satisfactoria, de esas que dejan con deseos de continuar porque el tiempo pasó como si no hubiese existido y todo se sucedió con los sentidos puestos en la música y la danza, viviendo cada nota y cada movimiento.
Una velada que se desarrolló en dos partes y un corto intervalo porque nadie se movió de su silla esperando el reinicio. En la primera de ellas, la Banda Infanto Juvenil, cautivó a los asistentes que rubricaron cada entrada con continuados aplausos y con algo que no es habitual en el público pehuajense: que se expresaran con aclamaciones. Una perfecta armonía que denota una educación musical esmerada, un tributo respetuoso al arte y una Dirección de Mariana Larrubia, que hace tiempo se nota que está “haciendo de las suyas” con la banda. Realmente excelente, en la variedad y en el virtuosismo con el cual los chicos expresaron su sentir musical.
Y como si fuera poco, la segunda parte reunió a la Banda y los bailarines en una fusión artística que motivó de sobremanera. Los bailarines, Yanina Rolero Estigarría, Luis Stefan y el oriundo de Pehuajó, Juan Martín, mostraron como se quiere al arte y se sublima el espíritu con su influjo. Maravillosa coreografía al son nada más ni nada menos que de “Yo soy el tango”, “La Comparsita”, “Garganta con arena”, “Los pájaros perdidos”, “Concierto en la luna”, “El último café”, “Balada para un loco”, “Locura tanguera”, “El choclo” y “Milonga de la Anunciación”.
Un espectáculo que auspició también la Academia del Tango Pehuajó, porque su realización fue bajo la advocación del Día Nacional del Tango, que se celebra el 11 de este mes, en homenaje a los aniversarios de los nacimientos de Gardel y De Caro, y que significó otra de las memorables noches en el Salón Blanco.
Felicitaciones Juan Martin y Yanina Rolero!!
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